jueves, 14 de mayo de 2009

Rogelio García

Jueves, día 14
El domingo pasado hizo un día espléndido y el Paseo de la Barra estuvo concurrido. A todos nos encanta ver pasar los barquitos que salen del puerto y giran a la derecha para salir a mar abierto.

Pero también vimos a Rogelio –gran Amigo de La Tana-, con su puesto de libros recién instalado.
En París, a orillas del Sena, son mundialmente famosos los “bouquinistes”. A pesar de su renombre, en Cabo de Palos, y gracias a Rogelio, les superamos en originalidad. Seguro que ninguno de los libreros del Sena ha escrito y editado todos los ejemplares que ofrece al público.

Rogelio García es un personaje extraordinario. La amistad y la confianza de todos sus convecinos nos impide que valoremos adecuadamente su labor, como escritor y poeta. Autor de más de una docena de títulos, que narran en su mayoría historias y vivencias locales, de Cabo de Palos.

En este título, que publicó en el 2001, leemos en el Prólogo:

El “Tío Antolino” es, sin lugar a dudas, la obra cumbre de un autor que ama intensamente a Cabo de Palos y cuya vida gira en torno a la escritura. Esperamos que la moraleja que esconde este libro sea tenida en cuenta por aquellos que tienen en sus manos la posibilidad, la obligación es de todos, de mantener vivo el legado que nuestros predecesores tienen el derecho a recibir.

Manuel Ramírez Álvarez
Periodista

A Rogelio, le consideramos como algo propio, y ya se sabe que, lo cotidiano no es noticia. Pero –estoy seguro de ello- como ocurre con todos los grandes artistas, le llegará la hora de los laureles.

Amigos de La Tana, sigamos pues viendo partir a los barcos, pues seguro que regresarán a puerto, aunque solo sea para untar un poco de alioli en el pan y refrescarlo con un chupito de Juan Gil crianza, que está de moda.

2 comentarios:

  1. Sebastían, que buena persona es Rogelio, el poeta y librero.
    Antes paso por la Hosteleria cerca de la confiteria Busquet.
    En cuanto a Manuel Ramirez, joven periodista y escritor, tambien he tenido el placer de conocerlo y considerarlo un amigo.
    A los dos los aprecio mucho y les deseo muchos años de salud y felicidad.
    Un saludo.

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  2. Amigo Antonio:
    Recuerdo la época que comentas, cuando Rogelio tenía su local muy cerca del nuestro.
    También recuerdo –hace años, pocos- que leí en la prensa un suceso ocurrido en el Puerto Tomás Maestre. Un automóvil, en una maniobra desafortunada, cayó al agua. El ocupante esperó que se inundara su conche por completo, abrió la puerta y consiguió salió a flote por sus propios medios.
    Finalmente descubrí que el conductor accidentado era Rogelio. Siempre supuse que el involuntario submarinista sería un hombre joven. A partir de ese día, mi admiración por nuestro poeta local fue total.
    Un saludo,
    Sebastián Damunt

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