Amigos de La Tana, el
Paseo está activo, y el calor aprieta, pero la brisa refresca.
Los amigos nos visitan; padres, hijos y nietos -belgas por más señas- que todos los años se acuerdan del Paseo de La Barra, y saben que, a la
menor señal, acudimos rápido para que no falte el ajo.
El alioli es uno de los
complementos más exitosos, por aquello de los arroces. Pero claro, no hay que
olvidar la vitrina de las maravillas que Dionio, contraviento y marea, mantiene
siempre en su punto óptimo.
El equipo siempre
pendiente de las sartenes,
pues los Amigos -y amigas-
de La Tana, quieren saborear los arrocitos que reclaman una puntita de alioli
y, sobretodo, algo fresco en la copa.
Javier
ha hecho una escapara para visitar LA
CABAÑA. Bueno, más que una cabaña,
parece la entrada de un palacete indio. Ha
prometido contarnos en detalle la cantidad platillos que ha probado. ¡Se nos hace la boca agua,
solo de pensarlo!
Javier ha prometido
llevarme a LA CABAÑA, en la próxima ocasión. Por si acaso, y como los viajes
los llevo mal, he visitado el blog de nuestra amiga
Fina, que justo acaba de publicar una entra con un platillo sensacional,
ahora que hace calor;
Sopa
de sandía con tomate y ricotta.
El aspecto es tremendo, !dan ganas probar¡
Fina
nos cuenta un sinfín de historias
relacionadas con esta y otras sopas, pero lo que no nos dice, es -a Javier
y a mí nos interesa saberlo- con que la acompañamos.
¿Un copita de cava quizá?
Nuestro amigo Antonio, el experto naval, me comenta
que tengo los barcos abandonados. Y
es que cada día voy más lento y me da apuro salir con la cámara. Pero hoy,
antes de marcharme, he visto este bonito
catamarán y he salido corriendo, justo para llegar a tiempo de
fotografiarlo antes de que de desapareciese del todo. ¡Qué bonitos y confortables se ven, con su escalerilla y todo!
La tarde está ventosa y
enseguida aparecen los surfistas que
atraviesan la pequeña rada de Cabo de
Palos en unos instantes.
Descubrimos también una pequeña piragua, y ya me he quedado para intentar descubrir su recorrido.
No era una sino dos la que
navegan entre las olas, camino del puerto.
Y su llegada ha sido triunfal, mereciendo un recibimiento gráfico, que supongo les
habrá hecho sonreír.
¡Bienvenidos!