viernes, 26 de abril de 2013

El secreto del caldero



Los Amigos –y Amigas- de La Tana, nos regalan con su presencia.
¡Siempre bienvenidos!



En abril, aguas mil, ¡hasta en el Centro Virtual Cervantes lo saben!

Ayer jueves cayo un chaparrón de mucho cuidado. No pongo la foto, para no alarmar al personal…

Menos mal que el miércoles hizo un día espléndido. Antonio, el avistador de barcos, subió a buscarme y me dijo:
-Sebastián, su prima pregunta por usted.

¡Sorpresa! La prima de Graus. Tierra de trufas y vinos de Somontano.



Mencionar el Somontano y aparecer un tinto estupendo, de ochenta y tantos puntos de la Guía Peñín fue todo uno. Aldahara, de la Granja de Monte Aguarés, de Estadilla.

El caso es que cuando yo correteaba en verano por Graus –finales de la década de los cuarenta-, ni se mencionaba la trufa ni el Somontano…, pero ¡nunca es tarde, si la dicha es buena!



Trufas no tenemos por aquí, pero sí buenos ajitos tiernos que Yoyi y Oleg se entretienen en preparar.





La vitrina tampoco falla


Y alguna suprema de lubina a la plancha, de cuando en cuando, pillamos. Además, las patatas, si os fijáis bien, ¡estaban exquisitas!

-·Es que son recién arrancadas del terruño, -me dijo Andrés.


Y si se trata del arroz...


¡es que tenemos el secreto!

CALBLANQUE
Imagen de Google.
La A mayúscula señala Calblanque

Javier, que me animó con la senda del faro, se da unos paseos por esos montes tremendos. Hace unos días trajo unas fotos de su recorrido por Calblanque impresionantes.

 Foto de Javier
Foto de Javier
José Francisco Calvo


Guía para descender por el sendero hasta el Paseo de la Barra

Aparcar junto al faro

Localizar y seguir la barandilla de madera que bordea el sendero hasta el puerto.

¡Paseo maravilloso!. Pero eso sí, ¡ojo con el calzado!

viernes, 19 de abril de 2013

El sendero del faro





Amigos de La Tana, los fines de semana siempre ambientan el Paseo de la Barra y, si el clima sigue mejorando, pronto empezarán a sorprendernos los diferentes modelos de bañadores.

La extraordinaria Medalla de Oro conseguida por Bodegas Rosario para Las Reñas Selección, no ha sido una sorpresa para nosotros pues conocemos la calidad de los vinos de esta bodega.

Nuestros amigos Francisco y Pepe “Murcia”, están dispuestos a celebrar el éxito de este caldo de Bullas, haciendo una cata de Las Reñas Selección, para que su visita a Cabo de Palos les depare un inolvidable recuerdo; ¡txin, txin!



Víctor, que estuvo probando un arrocito de la casa, no nos dejó foto, pero si su tarjeta, invitándonos, para cuando viajemos  hasta Albacete, a visitar la cafetería de su ITV y, por supuesto, atendernos con simpatía si nos animábamos a pasar la prueba.




De momento, la prueba que tenemos que pasar es la de la vitrina.
  

Seguro que la autora de la Tarta Guinness nos da el visto bueno. Su pastel, desde luego, tiene un aspecto estupendo.



Respecto a mis caminadas forzadas, me refiero a las sugerencias semi-obligatorias de nuestros cuidadores para que rebajemos los niveles de glucosa y demás, que me animan a aparcar alejado del punto de destino, señalé primero el Hotel Entremares, y después, con ánimo de renovar el paisaje, lo hice en el Upper… pues bien, en esta ocasión he descubierto el sitio ideal, perfecto. 

De camino hacia La Tana, como es un terreno elevado, pilla algo de pendiente y en un pis-pas, estamos en el sitio.

Pero, para el recorrido a la inversa, saliendo de La Tana, Javier, que es un experto andarín –no tiene problemas con la glucosa, pero sus múltiples catas profesionales recomiendan también buenos paseos- me ha sugerido la senda perfecta.



Abandonamos el Paseo de La Barra y enseguida localizamos el camino que, bordeando el Cabo, nos pasea de cala en cala.


Los ojos se nos llenan de aguas transparentes y ganas nos dan de abandonar el sendero y bajar hasta la orilla.


Las tentaciones se van sucediendo y nos parece increíble que en tan poca distancia existan semejantes rincones.


Finalmente, llegamos al término de nuestro recorrido, con La Manga al fondo, que más bien parece un horizonte dentado.


¡El Faro de Cabo de Palos! Ahí es donde vamos a aparcar frecuentemente para poder hacer el recorrido de esta “senda maravillosa”.



El paseo nos ha abierto el apetito y, aunque sea virtualmente, podemos decir que este “Platillo primavera con colmenillas”, que nuestra amiga Fina nos presenta en su blog, sería un buen premio para el paseante. Pero claro, tendremos que organizarnos algo real a cambio.


Real fue la visita que hizo Javier a Murcia y aprovechó para visitar Morales, un clásico de la ciudad y degustar sus especialidades.


Buñuelos de bacalao

Calamares de la Bahía con su tinta y aceite de Oliva

Paletilla de Cabrito al horno

La paletilla es el plato clásico y exquisito del lugar. Claro que, Cañete,  últimamente nos preparaba en La Tana unos asados que han conseguido que Javier, en esta ocasión, comentara que la excelencia de Morales estaba más nivelada.
Canutillos con crema

Mil hojas de chocolate

Amigos de La Tana,
 ¡la Feria de Sevilla, es una maravilla!

viernes, 12 de abril de 2013

Cabo de Palos




Amigos de La Tana, esta semana vamos a revolotear por los alrededores, y, siguiendo los consejos de Pablo de Guadalajara, nos damos una vuelta por el pueblo.

De todas maneras vamos a dejar unos salmonetes en la vitrina, no vaya a ser que Viena nos señale la falta.


Y hablando de Viena, enseguida pensamos en sus magníficas tartas y, no es que seamos capaces de igualar su estilo, pero cuando menos tenemos que intentar dar la cara con nuestros postres; Espuma de chocolate, Tarta de chocolate en vasito –el último invento de Javier para que se mantenga suave-, Arroz con leche, Tarta de queso, Tiramisú..
Y ya con los deberes hechos, nos vamos de recorrido.


Camino del Hotel Entremares, donde tengo el coche aparcado, me sorprendió lo bien que se destacaba la Isla Grosa (situada a 2,5 kilómetro) en el horizonte, refugio que fue de piratas berberiscos en épocas pasadas, según leemos en Wikipedia. Pero a mí, lo que en realidad me recuerda siempre, es a un amigo que nos visitaba con frecuencia y le encantaba, después de comer, hacer pequeñas -pero continuadas- libaciones de B&B. Tenía un bonito chalet a la orilla del mar en el centro de La Manga –la parte más estrecha- y cuando le comenté que el levante se notaría bien, me contestó:
-¡Que va! La Isla Grosa, me quita el viento


¡Las anclas de La Manga!, con sus letras verdes nos dan la bienvenida.
La Manga tiene ya sus pequeñas historietas. Primero se inauguró el Entremares, y al año siguiente el Galúa, en 1967. Si no recuerdo mal, donde ahora están las anclas, había una garita y un guarda con una barrera como si fuera una frontera. En realidad era una urbanización privada y podía controlar la entrada. No pasaban motos, bicis ni autobuses sin el debido examen. Recuerdo también un guarda a caballo al que siempre le seguía un perro negro. ¡Qué tiempos!


El restaurante Borsalino, no estaba en 1967 pero si en 1968. A lo largo de los años se convirtió en un clásico de La Manga.


Para muestra un botón. Aquí tenemos al padre de Juan, Chef del Borsalino, preparando Crêpes Suzette.

Comenté al principio que íbamos a dar una vuelta por Cabo de Palos y resulta que tomé rumbo a La Manga, ¡tenía que recoger el coche!


Pero hoy, en lugar de aparcar en el Entremares, he dejado el Clio en el Upper, y enseguida he tomado rumbo al Paseo de la Barra. ¡Ahí está, al fondo! Desde aquí vemos el Miramar y La Tana ni se ve, pero está.


Y ya de regreso, camino del Upper para recuperar el bólido, pasamos por el puerto y nos sorprenden las técnica modernas de las empresa de Cabo de Palos; ¡Gratis!


Desde luego La Tahona ha sabido situarse en primera línea y consolidar su posición. ¡Probaremos los churros!


Esta curiosa foto, de molino derruido, que pudiera parecer que corresponde a un monte agreste y lejano, pues resulta que está casi en el centro del pueblo.


En esta imagen de Google Maps, vemos tres puntos oscuros abajo en el lado izquierdo. Empezando siempre por la izquierda el primero es donde está el Upper, el segundo, la gasolinera y el tercero, el molino derruido.
Amigos de La Tana, Cabo de Palos es un rincón para perderse…


Pero eso sí, ¡nos vemos en el Paseo de la Barra!